Cromoterapia

Las dos sensaciones principales de los seres vivos (luz y sonido), comparten unas bases físicas comunes. La capacidad de ver y oír depende de la recepción de unas ondas determinadas que se propagan por el medio ambiente y son captadas por órganos sensoriales específicos.

El Sol es nuestra principal fuente de luz. Además de la luz blanca visible, el Solo también emite rayos infrarrojos, ultravioletas y gamma, que nuestros ojos no ven.

En la luz blanca están incluidas varias radiaciones monocromáticas, cada una de las cuales corresponde a una frecuencia específica que el ojo humano percibe como colores.

Newton demostró que haciendo pasar un haz de luz blanca a través de un prisma de cristal situado en una cámara oscura, dicho haz se descompone en las diferentes radiaciones monocromáticas que constituyen el espectro de luz visible, es decir, los siete colores del arco iris: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. El color es pues, la percepción de una banda limitada de ondas electromagnéticas que llegan a la retina.

Se llegó a esta definición de color después de los trabajos de Newton, que demostró experimentalmente que la descomposición de la luz en frecuencias de onda diferentes origina la visión cromática.

En la zona inferior de la banda de luz visible está el color rojo, que colinda con la banda de las radiaciones infrarrojas y representa su continuación. En el extremo opuesto de la luz visible está el violeta. Más allá de este color, se encuentra el ultravioleta.

La división en los siete colores es convencional y, a menudo, simbólica. En efecto, los colores del arco iris no están claramente diferenciados entre sí, sino que se difuminan unos en otros. En realidad, la riqueza de los matices cromáticos es enorme. Determinar siete ha sido una operación de síntesis que puede relacionarse incluso con aspectos mágicos y simbólicos. Siete es el número de la totalidad y de la plenitud, que es la imagen del hombre y de la creación, en su totalidad y plenitud: son siete los colores del arco iris, como los días de la semana, los planetas de la astrología antigua, etc.

El color, como forma de energía, es activo en todos los niveles de nuestro ser: físico, mental, emocional y espiritual. Su efecto en nuestro organismo no depende sólo de la vista; las capas superficiales de la piel y la caja craneal son particularmente receptivas a la luz. El hombre vive inmerso en los colores en todas las fases de su existencia.

La aplicación de esta energía luminosa es muy útil para recuperar la salud, pues imprime su vibración en las células de todo el cuerpo. Por supuesto, se debe tener el conocimiento de lo que cada frecuencia provoca en el cuerpo y la mente, para que así su aplicación sea benéfica. Esto es precisamente lo que hace un cromoterapeuta: elige los colores adecuados para cada persona, dependiendo del padecimiento que tenga, y los aplica con diferentes métodos: puede usar una lámpara especial, dar a beber agua solarizada e incluso definir de qué colores se debe vestir la persona, entre muchas otras alternativas.

A continuación ofrecemos una pequeña guía para el uso de los colores en el vestir, para poder elegir el color adecuado en cada momento.

Rojo: Persona apática con falta de vitalidad, pero con buena salud. Necesita o desea ser vista. Malo para aquellos que se cansan con facilidad. Exige atención.

Naranja: Alegre y para gente con necesidad de alegría. Antidepresivo, un poco indiferente y de carácter frívolo. No para aquellos que necesitan estar en autoridad.

Amarillo: Indiferencia del medio ambiente. No implicación. Bueno para aquellos que desean estar a solas y pueden estarlo. Un poco inestable e inseguro.

Verde: Para aquellos que son hiperactivos o que necesitan estar muy activos, mas no desean involucrarse. Juicio claro. No ofrece apoyo, no quita energía.

Turquesa: Un buen apoyo para personas que se involucran con facilidad. Calma tensiones nerviosas. No dominante. Apariencia fresca y joven.

Azul: Tranquilo y estable, en control, y para el que lo usa un vestido relajante. Permite que otros se acerquen. La persona vivaz recibe calma y ofrece paz.

Violeta: Relación de paz y amor sin ansiedad. Interés sin preocupación. Autoridad sin exigir. Meditación y oración. Para el equilibrio y concentración.

Magenta: Vestido majestuoso y festivo. En autoridad, pero sin exigirla. Sólo pocos pueden usarlo a menudo. Levanta nivel de energía si no está muy consciente.